Arrancamos con la primer década del siglo XX y en la parte superior, nuestro collage de inspiración.
A principios del siglo pasado, fue una época en donde los cánones de belleza dictaban cómo debería ser la mujer ideal, llegando inclusive a arriesgar su salud y bienestar por alcanzarlo.
Primero que nada, no era bien visto el que una persona fuera de tez morena. Aunque en la actualidad en la que vivimos nos parece un rasgo de lo más normal, en aquella época dicho rasgo era característico de la clase trabajadora luego de pasar largas jornadas de trabajo expuestos al sol. Es así que un método para evitarlo era mediante el uso de sustancias peligrosas para el blanqueamiento de la piel con arsénico o plomo en su contenido, llegando inclusive a marcarse aún más el color de sus venas para que la misma sociedad no dudara de su delicadeza cutánea. Ahora sí que aplica el "antes muerta que sencilla".
Otro aspecto en cuanto a su estética ideal era el tener una cabellera blanca y ondulada, el cual daba una imagen más juvenil, para el cual hacían uso de rizadores, ya fueran permanentes o postizos. De manera contraria, al tener una cabellera lacia, te hacía ver mal ante la sociedad, siendo sinónimo de una mujer de carácter caprichoso.
Igualmente, fue una época marcada por el uso de imposibles corsettes con el objetivo de afinar la cintura y poder afinar la silueta en forma de "S", cuyos efectos fueron un busto y derriere prominente, llegando a tal grado de ajuste que provocaban deformación en los órganos internos, provocando la muerte en algunos casos.
Se jugaban la vida al intentar dar la imagen apropiada dentro de su entorno, siendo aquella la única manera en poder recibir aceptación por parte de la sociedad y es que no es algo de hace un siglo o de nuestra actualidad. La vestimenta ha tenido un rol fundamental y milenario, dado que la primera necesidad al utilizarla es la necesidad de cubrirse y en seguida es que ante todo somos seres sociales, partiendo de la premisa de llamar la atención pero al mismo tiempo la de distinguirse de entre los demás.