domingo, 4 de septiembre de 2016

Joyas Reales


He aquí una de las múltiples tiaras diseñadas por el Príncipe Alberto, esposo de la Reina Victoria I de Inglaterra. Encargo realizado por parte de la Joyería Garrard & Co. en el año de 1853 e inspirado en los arcos mongoles rodeadas por flores de loto.

Fue tal la impresión por las múltiples joyas regaladas a la Reina en el marco de la Exposición Universal de 1852 por la East India Company, que inspiró al Príncipe Alberto al diseñar la tiara, la cual en su construcción original estaba realizada a base de oro, ópalos (piedras favoritas del Príncipe) y 2,600 diamantes (cuya mitad fueron proporcionados por la misma Reina Victoria), teniendo un valor de 860 libras (alrededor de 1,080 euros). Posteriormente, por encargo de la Reina, se mandarían a realizar un collar, pendientes y broches a juego.

Cinco años después de su realización, el Rey de Hannover reclamaría legalmente a la soberana del Reino unido los diamantes, propiedad de la Reina Charlotte, por lo cual tuvieron que ser removidos y reformándola con nuevos diamantes, inclusive de mayor tamaño.

Pero, ¿y los ópalos? Tras morir la Reina y legados en su testamento a la Corona, fueron removidos por decisión de su nuera, la Reina Alejandra, quien tenía la creencia de que los ópalos traían mala suerte. Es por eso que se les reemplazó por rubíes, tomándolos de un collar regalado a la Reina Victoria  por el gobernante de Nepal en 1873. Asimismo, se le redujo de tamaño, pasando de tener 17 arcos a 11 arcos en la actualidad.

Sin embargo, no volvería a ser vista si no hasta haber pasado a manos de la Reina Isabel (futura reina madre), tras la ascensión al trono de su esposo y rey, Jorge VI, convirtiéndose en su predilecta y utilizada a lo largo de su vida.







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