Los diamantes son elementos que duran para siempre, y la talla elegida para cada uno, lo es de la misma manera. Al referirse al término "talla", se hace referencia a la forma, corte y transparencia, las tres principales características en la personalidad de un anillo,
Las tallas son quienes determinan la refracción de la luz, yendo desde modelos sencillos respetando la pureza de la piedra hasta los más extravagantes, pues entre más complicada y detallada sea la talla, su valor económico va en aumento.
La tradición del diamante CUSHION se remonta a principios del siglo XX, siendo de corte cuadrado a rectangular con esquinas redondeadas, asemejado a la forma de una almohada (de ahí su significado, que en el idioma inglés se les conoce como cushion). Es una talla perfecta para los anillos de mayor antigüedad, así como para las piezas familiares.
El corte MARQUESA, de entre las demás tallas de diamantes en existencia, es quizá el más extravagante de todas, ya que implica un complicado pulido de fantasía de 56 facetas. Con una forma de óvalo alargado, este diamante se remonta a la época del mismísimo Luis XV, quien bajo sus órdenes se mandó tallar una joya que tuviera la sonrisa de su amante, la Marquesa de Pompadour.
Por otro lado, se encuentran los diamantes REDONDOS, siendo el corte clásico por excelencia y con mayor presencia en las vitrinas de las joyerías. Corte delicado y sencillo, funcionando a la perfección como solitario o bien, pudiendo estar rodeadado de pequeños brillantes. Especialmente sencillo, versátil y luminoso, toda una apuesta segura adaptable al dedo y forma de quien lo porte.
En cuanto a los diamantes de talla PERA (tallado de manera similar al redondo pero diferenciándolo con una curvatura a modo de lágrima) o ESMERALDA, más populares en los anillos de inspiración vintage, se les distingue por ser piedras con mensaje que hablan al corazón... Rectangulares y engastados entre BAGUETTES, con el objetivo de reforzar el brillo de la cara más plana.
Igual de romántico puede resultar la elección de un diamante OVALADO y CORAZÓN, haciéndolos idóneos para una pedida de mano en el Día de los Enamorados. Eso sí, si lo que se pretende es provocar sorpresa con un diamante que brille como ninguno otro, sin duda las mejores opciones son los diamantes de talla RADIANTE y PRINCESA, grandes favoritas, debido a sus esquinas sin cortar y una superficie de hasta 76 facetas.
Las tallas son quienes determinan la refracción de la luz, yendo desde modelos sencillos respetando la pureza de la piedra hasta los más extravagantes, pues entre más complicada y detallada sea la talla, su valor económico va en aumento.
La tradición del diamante CUSHION se remonta a principios del siglo XX, siendo de corte cuadrado a rectangular con esquinas redondeadas, asemejado a la forma de una almohada (de ahí su significado, que en el idioma inglés se les conoce como cushion). Es una talla perfecta para los anillos de mayor antigüedad, así como para las piezas familiares.
El corte MARQUESA, de entre las demás tallas de diamantes en existencia, es quizá el más extravagante de todas, ya que implica un complicado pulido de fantasía de 56 facetas. Con una forma de óvalo alargado, este diamante se remonta a la época del mismísimo Luis XV, quien bajo sus órdenes se mandó tallar una joya que tuviera la sonrisa de su amante, la Marquesa de Pompadour.
Por otro lado, se encuentran los diamantes REDONDOS, siendo el corte clásico por excelencia y con mayor presencia en las vitrinas de las joyerías. Corte delicado y sencillo, funcionando a la perfección como solitario o bien, pudiendo estar rodeadado de pequeños brillantes. Especialmente sencillo, versátil y luminoso, toda una apuesta segura adaptable al dedo y forma de quien lo porte.
En cuanto a los diamantes de talla PERA (tallado de manera similar al redondo pero diferenciándolo con una curvatura a modo de lágrima) o ESMERALDA, más populares en los anillos de inspiración vintage, se les distingue por ser piedras con mensaje que hablan al corazón... Rectangulares y engastados entre BAGUETTES, con el objetivo de reforzar el brillo de la cara más plana.
Igual de romántico puede resultar la elección de un diamante OVALADO y CORAZÓN, haciéndolos idóneos para una pedida de mano en el Día de los Enamorados. Eso sí, si lo que se pretende es provocar sorpresa con un diamante que brille como ninguno otro, sin duda las mejores opciones son los diamantes de talla RADIANTE y PRINCESA, grandes favoritas, debido a sus esquinas sin cortar y una superficie de hasta 76 facetas.
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