El siglo XIX, en aras del auge de la Revolución Industrial, marcó la pauta para el crecimiento en todos los aspectos de la sociedad. La cultura, las artes, la ciencia, la educación, la economía son algunas de ellas. Es debido al crecimiento y al aumento de la producción que las demandas poblacionales exigían, que el siglo XIX arribaba con grandes cambios.
Al hablar de revoluciones y cambios, la industria del transporte trajo consigo la aparición del tren y con ello, una idea nueva y fresca acerca de cómo se necesitaría viajar en el con el tipo adecuado de equipaje. Es bien sabido que la diferencia entre viajar a caballo y en tren es bastante amplia, pues al elegir la segunda opción equivaldría un recorrido más largo y por ende, el requerimiento del aumento en el vestuario de las personas que decidieran viajar por dicho medio.
Las primeras bolsas de equipaje estaban confeccionadas en género que, a pesar de contar con un espacio considerable, aún le hacía falta el toque final de comodidad, diseño y elegancia. Es así que en 1854, el francés Louis Vuitton aprovechó la oportunidad en base a la creación de un baúl con perfiles de hierro para su mejor manejo, seguridad y protección, de propiedad impermeable, convirtiéndose de dicha manera en el dueño del equipaje elegante.
Es en esta época también donde las mujeres tenían más independencia y movilidad, por lo que necesitaba un bolso que se ajustara a sus nuevas necesidades con el fin de poder transportar algo más que sus artículos de belleza. Además, fueron las grandes tiendas que ya habían hecho un debut triunfal alrededor de Europa y Estados Unidos (Gucci, Prada, el mismo Louis Vuitton), tomando como referencia el diseño del bolso de equipaje y llevarlo a una menor escala, compartiendo detalles de estructura y accesorios como parteaguas al bolso de mano ideal para un paseo por las tiendas.
Al hablar de revoluciones y cambios, la industria del transporte trajo consigo la aparición del tren y con ello, una idea nueva y fresca acerca de cómo se necesitaría viajar en el con el tipo adecuado de equipaje. Es bien sabido que la diferencia entre viajar a caballo y en tren es bastante amplia, pues al elegir la segunda opción equivaldría un recorrido más largo y por ende, el requerimiento del aumento en el vestuario de las personas que decidieran viajar por dicho medio.
Las primeras bolsas de equipaje estaban confeccionadas en género que, a pesar de contar con un espacio considerable, aún le hacía falta el toque final de comodidad, diseño y elegancia. Es así que en 1854, el francés Louis Vuitton aprovechó la oportunidad en base a la creación de un baúl con perfiles de hierro para su mejor manejo, seguridad y protección, de propiedad impermeable, convirtiéndose de dicha manera en el dueño del equipaje elegante.
Es en esta época también donde las mujeres tenían más independencia y movilidad, por lo que necesitaba un bolso que se ajustara a sus nuevas necesidades con el fin de poder transportar algo más que sus artículos de belleza. Además, fueron las grandes tiendas que ya habían hecho un debut triunfal alrededor de Europa y Estados Unidos (Gucci, Prada, el mismo Louis Vuitton), tomando como referencia el diseño del bolso de equipaje y llevarlo a una menor escala, compartiendo detalles de estructura y accesorios como parteaguas al bolso de mano ideal para un paseo por las tiendas.
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